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Análisis de la moneda

ANÁLISIS:

El Ánfora del anverso de esta moneda, es considerada por Cavedoni como un representante de una de las ánforas de oro y plata presentadas al templo por Ptolomeo II Filadelfo, el cual fue ornamentado de esa manera y el cual fue robado y derretido por Juan de Giscala (comandante y líder zelote del norte, en contra de Tito) según las siguientes fuentes:

CARTA DE ARISTEA A FILÓCRATES. 73 – 82.

"Entre las cráteras, dos estaban hechas de oro, cinceladas con motivos de escamas desde la base hasta el medio y con piedras preciosas engastadas con gran habilidad entre las escamas.

A continuación había un meandro de un codo de altura, y el relieve destacaba por sus piedras preciosas variadísimas, haciendo patente junto con su brillantez lo rebuscado de su técnica. Sobre éste había un complejo de estrías con un combinado de rombos que ofrecía el aspecto de un trenzado en forma de red hasta la cúspide.

En el centro, escuditos de piedras no inferiores a cuatro dedos, unos junto a otros y alternando las clases, completaban el efectismo de la belleza. Sobre la corona de la embocadura había grabado alrededor un relieve de lirios con flores y pámpanos con racimos.

Las cráteras de oro estaban de tal forma preparada que contenían más de dos metretas. Las de plata tenían la superficie lisa; hay que añadir que tenían una lisura tan maravillosa que todo lo que se aproximaba se reflejaba más claro que en los espejos.

Era imposible explicar lo que ocurría y la impresión que hacían en la realidad. Pues cuando se terminaron de colocar los vasos uno junto a otro - es decir, primero la crátera de plata, luego la de oro y de nuevo una de plata y otra de oro - era absolutamente imposible describir la maravilla del espectáculo, y cuantos se acercaban a contemplarlos no eran capaces de separarse por el resplandor y el gusto de la contemplación, ya que el efecto del espectáculo era muy variado. Cuando uno contemplaba el trabajo del oro, sentía una especie de arrebato admirable al concentrarse la mente sobre cada detalle artístico. Y, del mismo modo, cuando uno quería contemplar el estilo de la plata, todos los objetos alrededor de uno, y dondequiera que te colocaras, destellaban incrementando el gusto de los espectadores. En suma: era del todo indescriptible la perfección artística de la obra.

En el centro cincelaron las copas de oro con coronas de vid, y en torno a los bordes enlazaron una corona en relieve de yedra, mirto y olivo con incrustaciones de piedras preciosas. El resto de los grabados los concluyeron con formas diversas, esforzándose por rematar escrupulosamente todos los detalles para realzar el prestigio del rey.

Porque, en una palabra, semejantes recursos de tan alto precio y con tanta técnica no los había en los cofres reales ni en ningún otro sitio. Pues no había cuidado poco el rey, que buscaba el esplendor de las obras de arte.

Muchas veces se le pasaba el momento de su audiencia pública por observar con toda atención a los artistas, para que remataran las obras como merecía el lugar para el que las había destinado. De modo que todo fue ejecutado con maestría, como correspondía al rey que lo enviaba y al sumo sacerdote que estaba al frente del santuario: tan espléndido fue el número de piedras y de las de mayor tamaño, no inferior a cinco mil. Y todo realizado con un arte fantástico, de forma que el costo de las piedras y el efectismo de la artesanía era de un valor cinco veces superior al del oro".

 

FLAVIO JOSEFO: LAS GUERRAS DE LOS JUDIOS . LIBRO V Capítulo 13-6

"En cuanto a Juan, cuando ya no pudo saquear al pueblo, se dirigió al sacrilegio y derritió muchos de los utensilios sagrados que habían sido dados al templo, así como muchas vasijas que eran necesarias para ministrar cosas santas, calderos, platos y mesas. Es más, él no se abstuvo de las vasijas que le eran enviadas por Augusto y su esposa, porque los emperadores Romanos siempre hicieron tanto el honor como el adornar el templo. Mientras que este hombre, que era Judío saqueaba lo que eran las donaciones de los extranjeros y le dijo a los que estaban con él que era correcto que ellos usaran las cosas divinas mientras que estaban peleando por la Divinidad sin temor y que aquellos que peleaban por el templo, debían vivir del templo, por lo cual vació las vasijas del vino y aceite sagrado, las cuales los sacerdotes guardaban para verterlas en las ofrendas quemadas y que permanecían en el patio interior del templo, y las distribuyó entre la multitud para ungirse a sí mismos y beberlas, usaron (de cada una de ellas) por encima de un hin de ellos. Y aquí no puedo sino decir lo que pienso y lo que la preocupación bajo la cual estoy me dicta, y es esto: Yo supongo que si los Romanos se hubieran tardado más en venir en contra de estos villanos, la ciudad habría sido tragada abriéndose la tierra debajo de ellos, habría sido inundada o habría sido destruida por un trueno como el país de Sodoma pereció, porque habría dado a luz una generación de hombres mucho más ateos que los que estaban sufriendo tales castigos, ya que por su locura fue que todo el pueblo vino a ser destruido".

 

En ambos textos se pueden encontrar referencias al vino o a la vid, relacionándose con el reverso de esta moneda: la hoja de parra; la leyenda que la rodea puede ser entendida como una expresión de esperanza del pueblo, como un grito revolucionario que clama por lo suyo, como una exclamación de guerra, patriotismo y libertad.

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