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La primer moneda mencionada: el dárico

I Crónicas 29, 6 – 8:

Entonces los cabezas de familia, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de millar y de cien, y los encargados de las obras del rey, ofrecieron espontáneamente sus donativos, y dieron para el servicio de la Casa de Dios 5.000 talentos de oro, 10.000 dáricos, 10.000 talentos de plata, 18.000 talentos de bronce y 100.000 talentos de hierro. Los que tenían piedras preciosas las entregaron para el tesoro de la Casa de Yahveh, en manos de Yejiel el guersonita .

Explicación:

En tiempos del rey David, en el siglo X a. C., aún no existía la moneda, con lo cual en la cita anterior hay un desfasaje temporal, un anacronismo; sucede que el libro de las Crónicas fue escrito hacia el año 300 a. C. y su autor conocía muy bien las monedas de la época, los dáricos, es por eso que utiliza ese término. Junto a los dáricos (fabricadas en oro con un peso aproximado de 8,34 gramos) se acuñaron también los siclos o siglos, monedas de plata en torno a los 5,5 gramos.

En la cita anterior puede verse como estas monedas sirvieron como donativos para el Templo, aunque no se haga referencia a las palabras “siglo” o “siclo”, se menciona la palabra “plata”, lo que lleva a suponer que los 10.000 talentos pudieron estar constituidos, al menos en parte, por estas monedas.

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